domingo, 23 de septiembre de 2007

Los aneurismas congénitos del seno de Valsalva sin perforar cursan frecuentemente con regurgitación aórtica, pero la obstrucción en el tracto de salida del ventrículo derecho es rara, y aún menos habitual la asociación de ambas.

En general, pasan inadvertidos hasta que se rompen y se comunican con otra cavidad cardíaca. Incluso los aneurismas no perforados no son del todo inocuos, ya que se han descrito casos de regurgitación aórtica, obstrucciones en el infundíbulo del ventrículo derecho, isquemia coronaria, obstrucción y regurgitación tricuspide, trastornos de conducción, etc.

Una vez reconocidos, la reparación quirúrgica puede prevenir las complicaciones de una fístula aortocardíaca producida súbitamente, las endocarditis bacterianas, la insuficiencia cardíaca, etc.
2004

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